Se llama
alimentación al acto de proporcionar al cuerpo alimentos e ingerirlos. Es un
proceso consciente y voluntario, y por lo tanto está en nuestras manos
modificarlo.
Se entiende
por nutrición al conjunto de procesos fisiológicos por los cuales el organismo
recibe, trasforma y utiliza las sustancias químicas contenidas en los
alimentos. Es un proceso involuntario e inconsciente que depende de los
procesos corporales como la digestión, la absorción y el transporte de los
nutrientes de los alimentos hasta los diferentes tejidos.
El estado de
salud de una persona depende de la nutrición del cuerpo, más específicamente de
cada células que constituyen los tejidos. Ya que es bastante difícil actuar
voluntariamente en los procesos de nutrición, si queremos mejorar nuestro
estado nutricional solo podemos hacerlo mejorando nuestros hábitos
alimenticios.
Los
nutrientes no se ingieren directamente, sino que forman parte de los alimentos,
y en cada uno de ellos vamos a encontrar diferentes combinaciones y variedad de
nutrientes. Podemos realizar una primera clasificación de componentes de
cualquier alimento en base a las cantidades que estén presentes:
MACRONUTRIENTES: son los que ocupan mayor proporción de alimentos,
como lo son las proteínas, glúcidos o hidratos de carbono y lípidos o grasas.
También podemos incluir la fibra y el agua, ya que están presenten en
cantidades considerables en diferentes alimentos.
MICRONUTRIENTES:
están presentes en los alimentos en pequeñísimas proporciones, como por ejemplo
las vitaminas y los minerales.
Otra
clasificación de los nutrientes puede ser en base a su función que realizan en
el metabolismo. Un primer grupo lo forman aquellos componentes que se usan como
“combustible celular”, llamados nutrientes energéticos, y prácticamente
coinciden con los macronutrientes ya que de ellos el cuerpo consigue la energía
que necesita. La mayoría de los nutrientes que ingerimos se utilizan con éste
fin. El segundo grupo está formado por nutrientes que utilizamos para construir
y regenerar nuestro cuerpo, se llaman nutrientes plásticos y
corresponden principalmente a las proteínas, aunque también se utilizan
pequeñas cantidades de otros nutrientes. Un tercer grupo lo forman aquellos
nutrientes que facilitan y controlan las funciones bioquímicas que
tienen lugar en el interior de los seres vivos, este grupo está constituido por
vitaminas y minerales. Por último habría que considerar al agua que actúa como
disolvente de otras sustancias, participa en reacciones químicas más vitales y
además es el medio de eliminación de desechos del organismo.
PROTEINAS
Las
necesidades del cuerpo de proteínas, al igual que las de energía, están sujetas
al peso y la edad de la persona. Cuanto más rápido es el crecimiento (primeros
años de vida) o mayor necesidad de recambio (enfermedades o trabajos de fuerza)
tanto mayor será la demanda de proteínas por kilo corporal.
Las proteínas son cadenas de aminoácidos unidos por enlaces
peptídicos. Imaginemos una cadena de colores, en la que cada eslabón es un
aminoácido diferente. Hay en la naturaleza unos 20 aminoácidos diferentes.
Nuestro cuerpo tiene la posibilidad de fabricar algunos de los aminoácidos, y
se los laman aminoácidos no esenciales, mientras que aquellos que necesitamos
absorber con los alimentos se llaman aminoácidos esenciales.
El valor nutricional de un alimento proteico depende de su composición en aminoácidos. En la siguiente tabla se podrá observar la cantidad de proteína en distintos alimentos (Gramos por 100 gramos de alimento).
Alimento
|
Porcentaje
de proteína
|
leche
|
3,3
%
|
huevo
|
12,5
%
|
Bife
de costilla
|
16
%
|
Pan
|
8,5
%
|
manzana
|
0,3
%
|
chocolate
|
5,6
%
|
VALOR
BIOLÓGICO: Corresponde a la calidad de las proteínas, podríamos decir que
indican el porcentaje de aminoácidos absorbidos y utilizados por el cuerpo.
Dicho valor depende del grado de la composición de aminoácidos indispensables.
Los alimentos con mayor valor biológico se encuentran en los alimentos de
origen animal (lácteos -leche, yogures, quesos-, huevo y carnes de todo tipo).
Mientras que las que carecen de algún o algunos aminoácidos esenciales son
alimentos de origen vegetal (legumbres, cereales, frutas secas, semillas,
etc.), aunque hay excepciones como la soja, quínoa y amaranto que aportan una
calidad similar a las de origen animal.
Funcionalidad
de las Proteínas:
- Queratina: piel, uñas, pelos,
plumas, etc.
- Colágeno: fibras conjuntivas,
cartílagos, tendones, etc.
- Proteínas de reserva: caseína, ovoalbúmina, etc.
- Proteínas contráctiles: miosina.
- Proteínas hormonales: insulina, somatotrofina, etc.
- Proteínas enzimáticas: invertasa (hidrólisis de la sacarosa),
lipasa (hidrólisis de esteres de la glicerina), tripsina (hidrólisis de proteínas en la digestión).
. Aminoácidos Esenciales:
lisina, treonina, leucina, isoleucina, metionina, fenilalanina, triptófano,
valina.
. Aminoácidos No Esenciales:
glicina, alanina, serina, acido aspártico, ácido glutámico, cistina, tirosina,
prolina, hidroxiprolina, arginina, histidina, cisteína.
LÍPIDOS O GRASAS
Al igual que
los hidratos de carbono, las grasas se utilizan principalmente como fuente de
energía, pero también son importantes en otras funciones como la absorción de
vitaminas liposolubles, la síntesis de hormonas y como material aislante y de
relleno de los órganos internos. También forman parte de las membranas
celulares y de las vainas que envuelven los nervios.
Están
presentes en los aceites vegetales (oliva, maíz, girasol, maní, etc.) que son
ricos en ácidos grasos insaturados, y en las grasas animales (panceta, manteca,
grasa de cerdo, etc.) ricas en ácidos grasos saturados, a excepción de las
grasas de pescado que contienen mayormente ácidos grasos insaturados.
En los alimentos que consumimos nos encontramos con una
combinación de ácidos grasos saturados e insaturados. Los ácidos grasos
saturados son más difíciles de utilizar por el cuerpo humano, ya que la
posibilidad de combinarse con otras moléculas están limitadas por estar todos
sus posibles puntos de enlace ya utilizados, es decir “saturados”. A su vez,
esta dificultad de combinarse con otras moléculas también dificulta la
posibilidad de romperse y al quedar estas moléculas enteras circulando por los
vasos sanguíneos pueden provocar arterioesclerosis (placas de grasa en el
interior de los vasos sanguíneos) y en consecuencia la muerte.
Otro grupo
importante de lípidos son los fosfolípidos que forman parte de la estructura de
las membranas celulares y actúan como “detergentes” biológicos. Y el
colesterol, sustancia indispensable en el metabolismo por formar parte de las
membranas celulares e intervenir en la formación de las hormonas.
A los lípidos
podemos definirlos como un grupo de sustancias de naturaleza variable que
tienen la propiedad común de producir ácidos grasos por hidrólisis, son
prácticamente insolubles en agua y solubles en solventes orgánicos como éter,
cloroformo, benceno, éter de petróleo, alcohol, etc. Se pueden clasificar en
lípidos simples que contienen solo carbono, hidrógeno y oxigeno; o lípidos
compuestos que además de esos 3 elementos, contienen azufre o nitrógeno y/o
fósforo.
Los lípidos
son la reserva energética más importante del organismo en los animales y
humanos. Esto es debido a que cada gramo de grasa produce más del doble de
energía que los demás nutrientes, con lo que para acumular una determinada
cantidad de calorías solo es necesaria la mitad de la grasa de lo que sería de
hidratos de carbono o proteínas.
Los Lípidos
Simples comprenden:
- Grasas y Aceites: son esteres de ácidos grasos con glicerol. Se
consideran grasas las sustancias que son sólidos a 20°C y aceites a las que
permanecen líquidas a esa temperatura.
- Ceras: esteres de ácidos grasos con alcoholes superiores
alifáticos monovalentes. Sólidos a temperatura ambiente.
- Esteroides: so sustancias cíclicas derivados del núcleo de
ciclopentanofenentreno.
Los lípidos
Compuestos comprenden:
- Fosfolípidos: lípidos que dan por hidrólisis ácido fosfórico y en
la mayor parte de los casos ácidos grasos. Pueden o no contener nitrógeno.
- Glucolípidos: contienen nitrógeno. Son amidas de un ácido graso y
un grupo amino de un dialcohol básico.
Propiedades
de las grasas y aceites: cuando en su composición predominan los ácidos grasos
saturados son sólidos, y por el contrario cuando predominan los ácidos grasos
insaturados son líquidos. Las mismas cuando se presenta en su estado puro son
incoloras, inodoras e insípidas, tal como el agua. Pero de éste modo no los
encontramos en la naturaleza ya que los productos naturales presentan olores y
sabores particulares, y a su vez colores característicos por la clorofila de
los vegetales y los carotenoides de los animales. Las grasas, por el
estacionamiento en contacto con el aire adquieren lentamente un olor y sabor
desagradable, este fenómeno de denomina enranciamiento.
El
enranciamiento es una hidrólisis de la estructura de los lípidos (rotura de las
cadenas de ácidos grasos), es causada por lipasas (enzimas) contenidas en los
tejidos de los animales, en la pulpa de las frutas o en las semillas y
liberadas durante el proceso; pero también pueden provenir las lipasas de
microorganismos contaminantes (bacterias y hongos con capacidad hidrolítica).
Diferencia en
la composición de las grasas del pescado: el pescado presenta mayor proporción
a ácidos grasos poliinsaturados (saturación por 2 o por 3 veces entre los
carbonos de la cadena de ácidos grasos) que las carnes rojas. Los ácidos grasos
saturados favorecen a la existencia de proteínas LDL y VLDL cuya función es
depositar colesterol en las paredes del sistema circulatorio. Y los ácidos
grasos poliinsaturados potencian la existencia de proteínas HDL cuya función es
la opuesta.
GLUCIDOS O HIDRATOS DE CARBONO
Son compuestos formados por carbono, hidrógeno y oxígeno. Su
principal función es aportar energía al organismo, ya que de todos los
nutrientes son quienes logran una reacción más limpia para liberar la energía y
no dejan residuos. Por tal razón, el cerebro y todo el sistema nervioso
utilizan solo hidratos de carbono como fuente de energía. Otra parte de
glúcidos se utilizan para la construcción de otras moléculas más complejas para
ser incorporadas a nuestros órganos.
Prácticamente
la totalidad de los glúcidos que consumimos son transformados en glucosa y absorbidos
por el intestino delgado. Luego van al hígado donde se transforman en
glucógeno, que es la sustancia de reserva de energía para ser usada en los
periodos que no hay glucosa libre circulando en sangre, por ejemplo entre
comidas.
Desde un
punto de vista nutricional podemos clasificar a los glúcidos en 3 tipos:
- Almidones o féculas: están presentes en los cereales, legumbres,
papas, batatas, etc. Son las reservas energéticas de los vegetales. Están
formados por una gran cadena de moléculas de glucosa y las enzimas que los
descomponen son las amilasas presentes en la saliva y en los intestinos. Para
poder digerir bien el almidón es necesario un proceso previo de cocción o
tostado, ya que el almidón puro no se digiere bien y puede dar algo de diarrea.
- Azúcares: se caracterizan por su sabor dulce. Pueden ser simples
como la glucosa o el azúcar de la fruta (fructosa); o complejos como el azúcar de la leche (lactosa: glucosa+galactosa),
miel (glucosa+fructosa), azúcar de la caña o de la remolacha azucarera
(sacarosa: glucosa+fructosa), etc. Los azúcares simples se absorben
directamente en el intestino, los complejos deben romperse previa absorción.
- Fibra: presente en las verduras, frutas, frutos secos, cereales
integrales y legumbres enteras. Son moléculas tan complejas y resistentes que
no somos capaces de digerirlas. Aportan algo de energía al absorberse algunos
ácidos grasos que se producen de su fermentación por parte de la flora
intestinal, pero principalmente sirven para limpiar el intestino delgado y
grueso. Al cocinar la fibra vegetal, ésta cambia y no se desenvuelve igual, por
lo que se recomienda consumir algo de fibra cruda.
AGUA
El agua es el componente principal de los seres vivos. El agua
dentro del organismo es el medio por el que se comunican las células de
nuestros órganos y por el cual se transporta el oxígeno y los nutrientes a los
tejidos. También es la encargada de sacar los residuos y productos de desecho
del metabolismo celular. También gracias al agua podemos regular la temperatura
del cuerpo, sudando o perdiéndola por las mucosas.
Necesitamos
como mínimo tres litros de agua por día, de los cuales la mitad aproximadamente
los obtenemos de los alimentos y la otra mitad debemos conseguirla bebiendo
agua propiamente dicha. Por supuesto que en determinadas situaciones o etapas
de la vida las necesidades pueden aumentar.
MINERALES
Los minerales
son compuestos inorgánicos de la alimentación, están en la naturaleza pero sin
formar parte de los seres vivos. Son importantísimos para la síntesis de
tejidos, síntesis de hormonas y en la mayor parte de las reacciones químicas en
las que intervienen las enzimas. Se pueden dividir en tres grupos:
Macroelementos son los que el organismo necesita en mayor cantidad,
Microelementos se necesitan en menos cantidad y por último los Oligoelementos o
elementos Traza que se precisan en cantidades pequeñísimas.
Macroelementos:
- Sodio: regula el reparto de agua dentro del cuerpo humano e interviene
en la transmisión del impulso nervioso. Un gran consumo de sodio provoca un
aumento en la presión arterial (hipertensión), irritabilidad, retención de
líquidos y sobresfuerzo del trabajo renal para su eliminación. Las necesidades
aumentan cuando se suda mucho, al tomar diuréticos y en caso de diarrea y
vómito. Fuente: principalmente sal de mesa, pero se encuentra en todos los
alimentos.
- Potasio: Junto al sodio actúan como regulador del balance del agua y
participan en la contracción muscular, muy importante para el músculo cardíaco. Fuente: frutas y verduras frescas, legumbres y frutos secos.
- Calcio: constituyen los huesos, el tejido conjuntivo y el tejido
muscular. Junto al potasio y el magnesio es esencial para la circulación de la
sangre. Fuente: lácteos, frutos secos, semillas de sésamo, verduras y
algunas aguas de mesa.
- Fósforo: También ayuda a la conformación de los huesos, y junto a lípidos
forman los fosfolípidos (constituyente de la membrana celular y tejido
nervioso). Fuente: Suele estar en los alimentos que también contienen calcio
como frutos secos, queso, soja, yema de huevo, etc.
- Magnesio: Imprescindible para la asimilación del calcio y la vitamina C,
equilibra el trabajo del sistema nervioso central, necesario para la correcta
transmisión del impulso nervioso y aumenta la liberación de bilis favoreciendo
la digestión de grasas y eliminación de residuos tóxicos. También es de gran
ayuda para el tratamiento de la artrosis, ya que ayuda a fijar el calcio. Fuentes: cacao, soja, frutos secos, avena, maíz y algunas
verduras.
- Cloro: Favorece el equilibrio acido-base en el organismo, y ayuda al
hígado en su función de eliminación de tóxicos. Fuentes: sal de mesa, algas, aceitunas, agua de la canilla,
etc.
- Azufre: presente en piel, uñas, pelo y cartílagos. Forma parte de la
constitución de hormonas como insulina y vitaminas, neutraliza los tóxicos y
ayuda al hígado a la liberación de bilis. Fuente: legumbres, col, cebolla, ajo, espárragos, puerro, pescado,
yema de huevo.
Microelementos:
- Hierro: necesario para la producción de hemoglobina, molécula
transportadora de oxigeno por la sangre a todo el cuerpo. Imprescindible para
la correcta utilización de las vitaminas B. Se absorbe mejor el hierro de
origen animal que vegetal. Su falta provoca anemia. El consumo de café o
alcohol en exceso provoca disminuye su absorción. La vitamina C mejora la
absorción del hierro. Fuentes: carnes, hígado, yema de huevo, verduras verdes, cereales
integrales, frutos secos y levaduras.
- Flúor: previene las caries dentales y fortifica los huesos. Fuente: agua de la canilla, té, pescado, col y espinacas.
- Yodo: Indispensable para el funcionamiento de la glándula tiroides.
Ayuda al crecimiento, mejora la agilidad mental, quema el exceso de grasa, y
ayuda al buen crecimiento de uñas, pelo, piel y dientes. Su carencia provoca
una enfermedad llamada Bocio (aumento de la glándula tiroides). Fuente: sal marina, pescados, mariscos, algas y vegetales
cultivados en suelos ricos en yodo.
- Manganeso: activa las enzimas que intervienen en la síntesis de grasas y
participa en el aprovechamiento de las vitaminas C, B1 y biotina (vitamina H). Fuente: pescado, crustáceos, cereales integrales y legumbres.
- Cobalto: ayuda a la formación de glóbulos rojos, ya que forma parte de la
vitamina B12. Fuente: carnes, pescado, lácteos, remolacha, cebolla, lentejas e
higos.
- Cobre: Ayuda en la absorción del hierro y en la conversión de éste en
hemoglobina (molécula que transporta oxigeno a todo el cuerpo). También
participa en la absorción de a vitamina C. Fuente: cacao, cereales integrales, legumbres y pimienta.
- Zinc: Participa en procesos importantísimos como producción de
glóbulos blancos (linfocitos), favoreciendo las defensas. Además, en la síntesis de proteínas y formación de insulina. Fuente: crustáceos, levadura de cerveza, germen de trigo, huevos y
leche.
Oligoelementos o elementos
traza:
- Silicio: ayuda a la asimilación del calcio, la formación de nuevas
células y en la nutrición de los tejidos. Fuente: agua potable y alimentos vegetales en general.
- Níquel: necesario para el buen funcionamiento del páncreas. Fuente: legumbres, cereales integrales, espinaca y perejil.
- Cromo: participa en el transporte de proteínas. Fuente: grasas y aceites vegetales, levadura de cerveza, cebolla,
lechuga, papas y berros.
- Litio: fundamental para la regulación del sistema nervioso central. Fuente: vegetales, papas, crustáceos y algunos pescados.
- Molibdeno: ayuda a prevenir anemias y las caries. Fuente: germen de trigo, legumbres, cereales integrales y
vegetales de hojas.
- Selenio: desintoxicante como el azufre, potente antioxidante. Fuente: germen y salvado de trigo, cebolla, ajo, tomate y levadura
de cerveza.
VITAMINAS
Son
sustancias imprescindibles en los procesos metabólicos de los seres vivos. Las
vitaminas deben ser aportadas por la alimentación, ya que el ser humano no
puede fabricarlas. Una excepción es la vitamina D, que se puede formar en la
piel con la ayuda del sol, y las vitaminas K, B1, B12 y ácido fólico que se
forman en pequeñas cantidades gracias a la flora intestinal. Las vitaminas se
dividen en dos grandes grupos, liposolubles (se disuelven en grasa y aceite, se
almacenan en hígado y tejido graso) y hidrosolubles (se disuelven en agua).
Vitaminas liposolubles:
- Vitamina
A (retinol): Su función es la protección de la
piel y ayuda a la vista, también participa en la elaboración de enzimas en el
hígado y de hormonas sexuales y suprarrenales. Está como tal en los tejidos de
origen animal y en los vegetales como pro vitamina A en forma de caroteno, que
se transforma en vitamina A en el cuerpo humano.
- Vitamina
E (tocoferol): importante para el aparato
reproductor,y antioxidante. Se presenta en cereales integrales, germinados,
aceites vegetales, etc.; se destruye con la cocción de los alimentos. Debe
tenerse en cuenta que en conjunto con suplementos de hierro, interactúan y se
destruyen ambos.
- Vitamina
K: intervienen en la coagulación de la sangre. Se presenta en hojas
verdes, hígado de bacalao y se sintetiza en intestino gracias a la flora
normal.
- Vitamina
F: no se trata de una vitamina verdadera, ya que en realidad son los
ácido grasos insaturados indispensables como el ácido linoleico. Forman parte
de las membranas celulares, pero también colaboran en el transporte de oxigeno
por la sangre, regulan la coagulación, dispersan el colesterol, favorecen una
actividad hormonal normal y nutrir las células de la piel. Se dividen en dos
series, omega 3 y omega 6. Los omega 3 están en aceites vegetales vírgenes,
semillas de girasol, frutos secos, y palta. Los omega 6 se encuentra
abundantemente en los pescados grasos.
Vitaminas hidrosolubles:
- Vitamina
C (ácido ascórbico): se presenta en los vegetales
frescos. Su carencia provoca una enfermedad llamada Escorbuto. Es
transportadora de oxígeno e hidrógeno, pero también favorece a la asimilación
de aminoácidos, ácido fólico y hierro. También, tiene efectos antioxidantes,
participa en el proceso de desintoxicación del hígado y contrarresta los
efectos de pesticidas a base de nitratos en el estómago.
- Vitamina
H (biotina): ayuda a la disponibilidad de
glucosa en sangre. Se encuentra en muchos alimentos, especialmente frutos
secos, frutas, leche, hígado y levadura de cerveza. También se produce en la
flora intestinal.
- Vitamina
B1 (tiamina): es necesaria para el
aprovechamiento de los hidratos de carbono. La principal fuente son cereales y
granos integrales.
- Vitamina
B2 (riboflavina): participa en los procesos de
respiración celular, desintoxicación hepática, favorece en la reproducción,
desarrollo del embrión, ayuda al crecimiento, mejora el estado de la piel, unas
y del pelo, y al mantenimiento de los nervios. Se encuentra en carnes, pescados
y alimentos ricos en proteínas en general.
- Vitamina
B3 (niacina): interviene en el metabolismo de
los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas. Nuestro organismo la
genera a partir de aminoácidos esenciales.
- Vitamina
B5 (ácido pantoténico): participa en el metabolismo celular
en la liberación de la energía proveniente de las grasas, proteínas y glúcidos.
Se encuentra en gran cantidad de alimentos, pero los más ricos son las
vísceras, levadura de cerveza, yema de huevo y cereales integrales.
- Vitamina
B6 (piridoxina): es imprescindible en el
metabolismo de las proteínas, ayuda a la regeneración del sistema nervioso. Se
presenta en casi todos los alimentos de origen animal y vegetal.
- Vitamina
B12 (cobalamina): indispensable para la formación
de glóbulos rojos y para el crecimiento (corporal y de tejidos). Se acumula en
hígado, pero puede adquirirse a partir de alimentos de origen animal.
- Vitaminoides: Ácido fólico: interviene en los
procesos de división y multiplicación celular. Actúa conjuntamente con la
vitamina B12. Se presenta principalmente en las verduras de hoja.
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